La atención en salud debe responder a las necesidades reales y cambiantes de la población, las cuales están determinadas por factores biológicos, sociales, económicos y ambientales. Para lograrlo, es imprescindible adoptar un enfoque de planificación estratégica que permita identificar, priorizar y satisfacer dichas necesidades de manera equitativa, eficiente y sostenible (World Health Organization [WHO], 2021).
El proceso comienza con un análisis detallado de la demanda y oferta de servicios, lo que implica estudiar la carga de enfermedad, los perfiles demográficos y epidemiológicos, así como los determinantes sociales de la salud. Este análisis debe incluir el acceso efectivo a los servicios, entendiendo que la sola existencia de infraestructura no garantiza su utilización oportuna y de calidad (Pan American Health Organization [PAHO], 2023).
Asimismo, la planificación debe considerar la disponibilidad y distribución de los recursos humanos, tecnológicos y financieros. Se requiere personal de salud con competencias alineadas a los perfiles de atención necesarios, tecnologías diagnósticas y terapéuticas actualizadas, y financiamiento suficiente para garantizar continuidad y cobertura universal (Cometto et al., 2020).
Este enfoque exige la definición clara de objetivos sanitarios, el diseño de procesos asistenciales integrados, y el establecimiento de indicadores que permitan monitorear y evaluar el desempeño del sistema. La medición del impacto es clave para retroalimentar la toma de decisiones, corregir desviaciones y asegurar la mejora continua (Kruk et al., 2018).
Además, la planificación basada en necesidades debe enmarcarse en principios de equidad, calidad, participación y eficiencia. Esto implica reconocer y abordar las brechas de acceso entre diferentes grupos poblacionales, promover la participación comunitaria en la toma de decisiones, y fomentar una gestión basada en resultados y en la mejor evidencia disponible (WHO, 2022).
En un contexto global caracterizado por crisis sanitarias, envejecimiento poblacional y enfermedades crónicas en ascenso, resulta imperativo fortalecer los sistemas de salud con una perspectiva integral que conecte la planificación estratégica con la gestión operativa, asegurando así servicios centrados en las personas y resilientes ante los desafíos futuros (Kickbusch et al., 2021).
Referencias
Cometto, G., Witter, S., & Wurie, H. (2020). Health workforce needs-based planning in the context of universal health coverage and global health security. Human Resources for Health, 18(1), 1–7. https://doi.org/10.1186/s12960-020-00486-4
Kickbusch, I., Agrawal, A., Jack, A., Lee, N. M., & Qiu, Y. (2021). Governance for health in the 21st century. BMJ Global Health, 6(4), e006634. https://doi.org/10.1136/bmjgh-2021-006634
Kruk, M. E., Gage, A. D., Arsenault, C., Jordan, K., Leslie, H. H., Roder-DeWan, S., … & Pate, M. (2018). High-quality health systems in the Sustainable Development Goals era: Time for a revolution. The Lancet Global Health, 6(11), e1196–e1252. https://doi.org/10.1016/S2214-109X(18)30386-3
Pan American Health Organization (PAHO). (2023). Health systems performance assessment: Strengthening governance and accountability. https://iris.paho.org/handle/10665.2/57271
World Health Organization (WHO). (2021). Operational framework for primary health care: Transforming vision into action. https://www.who.int/publications/i/item/9789240017832
World Health Organization (WHO). (2022). Universal Health Coverage Compendium: Health systems for universal health coverage—A framework for action. https://www.who.int/publications/i/item/9789240062986